Los Medios de enseñanza: conceptualización y tipología
El soporte de mi breve análisis es el Documento inédito elaborado por Manuel Área Moreira para la asignatura de Tecnología Educativa.
El autor desarrolla su texto mencionando la palabra medios sin mayores especificaciones, dando de esta manera un posicionamiento claro de cómo está presente la tecnología, en cualquiera de sus propuestas, en la educación. Encuadrar a los medios como herramientas que deben ser conocidas convenientemente para que el alumno los utilice como una prolongación de sus posibilidades desde sus propios criterios de aplicación, sin los recaudos que son propios -más que de la prudencia, del desconocimiento- es algo tan progresista como peligroso. Si bien la idea de englobar a todo lo desconocido en tabúes, no nos permite disfrutar de las posibilidades que nos brinda, el abandono a merced de la tecnología no dejaría de ser, por lo menos, un detalle a tener en cuenta a la hora de su utilización en grupos de adolescentes que pretenden tener un conocimiento acabado de lo tecnológico. La humilde escucha de algunos pormenores en cuanto a su utilización nos evitaría frecuentes dolores de cabeza tanto a padres como a docentes. Ni todo es tan bueno, ni todo es tan malo…
Una vez más planteo que el docente debe aprehender estos conocimientos y a partir de procesarlos, volcarlos de manera pragmática- con un arsenal pedagógico y didáctico que no dejen dudas de que el fin único es el proceso educativo con todo lo que le atañe-. La presentación de los componentes, dimensiones y los sistemas simbólicos deben ser de una trascendencia destacada para que exista una asimilación adecuada que se vea representada en un hombre crítico, a partir del cual se reiniciaría el proceso de manera natural y adecuado a su contexto socio-histórico.
De una u otra forma, la marea seguirá creciendo. No podemos detenerla pero sí encausarla. Que así sea…
Fuente: Los medios de enseñanza: conceptualización y tipología. Documento inédito elaborado por Manuel Area Molina para la asignatura de Tecnología Educativa. Web de Tecnología Educativa. Universidad La Laguna.
Margarita Villa
lunes, 16 de noviembre de 2009
Saberes hoy: Diseminaciones, competencias y transversalidades
El presente comentario lo realizo a partir de la lectura del texto perteneciente a Jesús Martín Barbero.
Diferencias entre la escuela y la familia históricamente existieron, y así debe ser, pero lo que Jesús Martín Barbero plantea es un descentramiento del saber. Ya no estamos frente a la escuela como centro del saber sino en una institución prestataria de asistencialismo, sin definiciones y con límites desdibujados, en otras palabras: la escuela carece de presencia significativa.
Aunque considero que desde siempre el joven se rebeló a las situaciones que le generaban conflicto con la sociedad-por su mismo adolecer-, el quid está en el conocimiento y aplicación de los nuevos códigos por parte del docente, no basta con reconocer la existencia de nuevos paradigmas, debemos hacerlos nuestros, así como el alumno los incorpora y forma parte de su idoneidad en el desenvolvimiento en su mundo de pertenencia, sólo así se logra la transversalidad que plantea Barbero. Es desde esta posición que el descentramiento cobra sentido y se vuelve realmente pragmático; en donde los saberes lógico simbólicos, históricos y estéticos se entrelazan para formar parte de un razonamiento crítico y por sobre todo, coherente con el mundo occidentalizado que avanza y nos encuentra en este fallido intento de vías de desarrollo…
Valen, como claro ejemplo, el aquí y ahora de nuestro Salvador Gaviota, que nos remite a un estancamiento que ya no existe en los procesos cognoscitivos sociales. Forma parte de un pasado romántico, en el cual el devenir era a largo plazo y enmarcado en una estabilidad hoy inexistente…
Fuente: Artículo de Jesús Martín Barbero: Saberes hoy: diseminaciones, competencias y transversalidades
Margarita Villa
El presente comentario lo realizo a partir de la lectura del texto perteneciente a Jesús Martín Barbero.
Diferencias entre la escuela y la familia históricamente existieron, y así debe ser, pero lo que Jesús Martín Barbero plantea es un descentramiento del saber. Ya no estamos frente a la escuela como centro del saber sino en una institución prestataria de asistencialismo, sin definiciones y con límites desdibujados, en otras palabras: la escuela carece de presencia significativa.
Aunque considero que desde siempre el joven se rebeló a las situaciones que le generaban conflicto con la sociedad-por su mismo adolecer-, el quid está en el conocimiento y aplicación de los nuevos códigos por parte del docente, no basta con reconocer la existencia de nuevos paradigmas, debemos hacerlos nuestros, así como el alumno los incorpora y forma parte de su idoneidad en el desenvolvimiento en su mundo de pertenencia, sólo así se logra la transversalidad que plantea Barbero. Es desde esta posición que el descentramiento cobra sentido y se vuelve realmente pragmático; en donde los saberes lógico simbólicos, históricos y estéticos se entrelazan para formar parte de un razonamiento crítico y por sobre todo, coherente con el mundo occidentalizado que avanza y nos encuentra en este fallido intento de vías de desarrollo…
Valen, como claro ejemplo, el aquí y ahora de nuestro Salvador Gaviota, que nos remite a un estancamiento que ya no existe en los procesos cognoscitivos sociales. Forma parte de un pasado romántico, en el cual el devenir era a largo plazo y enmarcado en una estabilidad hoy inexistente…
Fuente: Artículo de Jesús Martín Barbero: Saberes hoy: diseminaciones, competencias y transversalidades
Margarita Villa
miércoles, 4 de noviembre de 2009
EDUCACIÓN: RIESGOS Y PROMESAS DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN
MARGARITA VILLA
La presente crítica corresponde a lo expresado en el capítulo 3 (El hipertexto: el conocimiento en la encrucijada) por Nicholas C. Burbules y Thomas A. Callister (h).
Históricamente nuestra cultura occidental se conforma a partir de determinados patrones que actualmente se ven modificados por la incursión del hipertexto, por lo menos en lo referente a la nueva relación que se plantea entre el lector y escritor.
Si pretendemos que el hipertexto sea una forma novedosa, no lo es, aunque es innegable su destacada manera de entrelazar más ideas de manera múltiple y de relacionar activamente la generación y acceso del conocimiento trastocando aún el derecho de autor y de propiedad intelectual desde un texto primario.
E s este mismo texto primario el que se presenta por momentos ambiguo debido a la teoría del rizoma que lo enmarca. Esta idea de no poseer centro -de la web- complica la incursión de los principiantes de manera considerada.
Este bricolaje de información que presenta Lévi-Strauss, en donde todo tiene un mismo nivel y el texto primigenio se confunde con los secundarios me parece riesgoso para el adolescente aunque su soporte sean las teorías constructivistas. En este aspecto tomo las palabras de los autores cuando dicen “leer sin ningún tipo de centro no es leer”.
Un nuevo texto, descentrado, dependiente de otros tipos de textos y de final abierto resquebraja el esquema tradicional y no siempre lo considero adecuado. Es una complicación que sólo se resuelve desde la criticidad. Humberto Eco plantea la semiosis ilimitada pero para ello requerimos de un lector crítico y responsable capaz de integrar toda la información desde el constructivismo. Esto requiere de un proceso complejo que no suele estar al alcance del estudiante. Por momentos no está clara la validez de este modelo.
En referencia a otros ámbitos, las nuevas tecnologías son reconocidas tanto por el desarrollo como la trascendencia que trae aparejada su utilización como herramientas de trabajo.
Entonces ¿Es inocua tanta información deambulante en el ciberespacio sin certeza alguna de calidad? ¿Qué tanto puede la escuela enseñar criterios si el mundo del conocimiento es tan vasto que escapa al conocimiento tan limitado, y teñido de subjetividad, del docente?
Visualicemos el siguiente paralelismo burdo: sería como si una persona estuviese recibiendo información de incontable cantidad de voces –algunas sin rostro-, a esto agreguemos que cada una realiza proyecciones de manera exponencial, infinitamente. ¿Cuál es el límite? Aún más, ¿Existe un límite? Nuevamente el desafío está planteado.
Fuente: Educación: Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información (2OO1) Nicholas C. Burbules – Thomas A. Callister (h) Granica Editorial España
MARGARITA VILLA
La presente crítica corresponde a lo expresado en el capítulo 3 (El hipertexto: el conocimiento en la encrucijada) por Nicholas C. Burbules y Thomas A. Callister (h).
Históricamente nuestra cultura occidental se conforma a partir de determinados patrones que actualmente se ven modificados por la incursión del hipertexto, por lo menos en lo referente a la nueva relación que se plantea entre el lector y escritor.
Si pretendemos que el hipertexto sea una forma novedosa, no lo es, aunque es innegable su destacada manera de entrelazar más ideas de manera múltiple y de relacionar activamente la generación y acceso del conocimiento trastocando aún el derecho de autor y de propiedad intelectual desde un texto primario.
E s este mismo texto primario el que se presenta por momentos ambiguo debido a la teoría del rizoma que lo enmarca. Esta idea de no poseer centro -de la web- complica la incursión de los principiantes de manera considerada.
Este bricolaje de información que presenta Lévi-Strauss, en donde todo tiene un mismo nivel y el texto primigenio se confunde con los secundarios me parece riesgoso para el adolescente aunque su soporte sean las teorías constructivistas. En este aspecto tomo las palabras de los autores cuando dicen “leer sin ningún tipo de centro no es leer”.
Un nuevo texto, descentrado, dependiente de otros tipos de textos y de final abierto resquebraja el esquema tradicional y no siempre lo considero adecuado. Es una complicación que sólo se resuelve desde la criticidad. Humberto Eco plantea la semiosis ilimitada pero para ello requerimos de un lector crítico y responsable capaz de integrar toda la información desde el constructivismo. Esto requiere de un proceso complejo que no suele estar al alcance del estudiante. Por momentos no está clara la validez de este modelo.
En referencia a otros ámbitos, las nuevas tecnologías son reconocidas tanto por el desarrollo como la trascendencia que trae aparejada su utilización como herramientas de trabajo.
Entonces ¿Es inocua tanta información deambulante en el ciberespacio sin certeza alguna de calidad? ¿Qué tanto puede la escuela enseñar criterios si el mundo del conocimiento es tan vasto que escapa al conocimiento tan limitado, y teñido de subjetividad, del docente?
Visualicemos el siguiente paralelismo burdo: sería como si una persona estuviese recibiendo información de incontable cantidad de voces –algunas sin rostro-, a esto agreguemos que cada una realiza proyecciones de manera exponencial, infinitamente. ¿Cuál es el límite? Aún más, ¿Existe un límite? Nuevamente el desafío está planteado.
Fuente: Educación: Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información (2OO1) Nicholas C. Burbules – Thomas A. Callister (h) Granica Editorial España

PROBLEMAS Y RETOS EDUCATIVOS ANTE LAS TECNOLOGÍAS DIGITALES EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN
MARGARITA VILLA
La presente crítica se soporta en un artículo publicado por Manuel Area Moreira de la Universidad de La Laguna.
Los diferentes analistas del nuevo paradigma de la tecnología coinciden en cuales son los problemas que aquejan a las distintas sociedades del mundo. Y esto es así porque las nuevas tecnologías atraviesan a cada uno de los ciudadanos y se proyectan en los espacios en los que interactúan. Todo esto puede ser enmarcado en lo que Moreira presenta como la sociedad informacional, una consecuencia del desarrollo de los países más avanzados, haciendo palpable una Tercera Revolución Industrial que dista mucho de nuestra tecnología, por momentos primitiva.
Se me presenta culminante el planteo que Moreira hace al referirse en los siguientes términos: “Existe una relación simbiótica entre sociedad y tecnología, no una interacción determinista”, ya que las tecnologías franquean la cultura desde lo comunicacional, la investigación, la información -vista como un producto-, la educación y el ocio. La globalización y el neoliberalismo son elementos con los que debemos partir diferencias en la medida en que pretendamos validar dicha simbiosis.
Echavarría con su “tercer entorno” da una clara idea de ubicación que tienen las nuevas tecnologías en nuestra cultura. Y es con respecto a esto que la sociedad y cada individuo presenta una postura particular que pueden ser agrupadas en cuatro grandes grupos más o menos representativos. En cada uno de los cuales podemos encontrar cosas positivas –el teletrabajo, por ejemplo- y negativas-como las crisis de tecnología cientifista y medioambiental, entre otras-. La idea de mercantilismo está presente y es a su vez la que corroe la privacidad que se dispara desde lo social hacia lo educativo.
La informática apabulla, enceguece. Su avidez descoloca a la tradición y requiere una urgente alfabetización tecnológica. La información pierde su secular linealidad y se trastoca dando más desinformación, contrariamente a lo que se podría creer. Haciendo una referencia real, el ámbito educativo no posee la totalidad de los avances tecnológicos, eso dramáticamente, dificulta la tarea de enseñar en este nuevo contexto. Estamos frente a una infraestructura del siglo pasado, con contenidos del siglo pasado pero con herramientas y situaciones contextuales de un nuevo siglo, en donde la tecnología responde a nuevas ideologías. La labor escolar entonces apunta a reconstruir la información nueva presente su vida extraescolar articulando un nuevo modelo de enseñanza aprendizaje en donde sea artífice de su propio proceso mediante el análisis y la reflexión. La idea del docente tutor, guía y mediador es la nueva figura sobre la que debemos trabajar. Y ya no es el aula tradicional el que nos aglutina sino que ahora la pedagogía trasciende sus paredes y es aplicada a distancia, sin que por eso sea desacreditada, al contrario, nos permite un ilimitado menú de posibilidades que nos abren nuevas perspectivas como docentes y alumnos, como integrantes de la ilimitada galaxia Gutenberg del sibilino Marshall McLuhan…
MARGARITA VILLA
La presente crítica se soporta en un artículo publicado por Manuel Area Moreira de la Universidad de La Laguna.
Los diferentes analistas del nuevo paradigma de la tecnología coinciden en cuales son los problemas que aquejan a las distintas sociedades del mundo. Y esto es así porque las nuevas tecnologías atraviesan a cada uno de los ciudadanos y se proyectan en los espacios en los que interactúan. Todo esto puede ser enmarcado en lo que Moreira presenta como la sociedad informacional, una consecuencia del desarrollo de los países más avanzados, haciendo palpable una Tercera Revolución Industrial que dista mucho de nuestra tecnología, por momentos primitiva.
Se me presenta culminante el planteo que Moreira hace al referirse en los siguientes términos: “Existe una relación simbiótica entre sociedad y tecnología, no una interacción determinista”, ya que las tecnologías franquean la cultura desde lo comunicacional, la investigación, la información -vista como un producto-, la educación y el ocio. La globalización y el neoliberalismo son elementos con los que debemos partir diferencias en la medida en que pretendamos validar dicha simbiosis.
Echavarría con su “tercer entorno” da una clara idea de ubicación que tienen las nuevas tecnologías en nuestra cultura. Y es con respecto a esto que la sociedad y cada individuo presenta una postura particular que pueden ser agrupadas en cuatro grandes grupos más o menos representativos. En cada uno de los cuales podemos encontrar cosas positivas –el teletrabajo, por ejemplo- y negativas-como las crisis de tecnología cientifista y medioambiental, entre otras-. La idea de mercantilismo está presente y es a su vez la que corroe la privacidad que se dispara desde lo social hacia lo educativo.
La informática apabulla, enceguece. Su avidez descoloca a la tradición y requiere una urgente alfabetización tecnológica. La información pierde su secular linealidad y se trastoca dando más desinformación, contrariamente a lo que se podría creer. Haciendo una referencia real, el ámbito educativo no posee la totalidad de los avances tecnológicos, eso dramáticamente, dificulta la tarea de enseñar en este nuevo contexto. Estamos frente a una infraestructura del siglo pasado, con contenidos del siglo pasado pero con herramientas y situaciones contextuales de un nuevo siglo, en donde la tecnología responde a nuevas ideologías. La labor escolar entonces apunta a reconstruir la información nueva presente su vida extraescolar articulando un nuevo modelo de enseñanza aprendizaje en donde sea artífice de su propio proceso mediante el análisis y la reflexión. La idea del docente tutor, guía y mediador es la nueva figura sobre la que debemos trabajar. Y ya no es el aula tradicional el que nos aglutina sino que ahora la pedagogía trasciende sus paredes y es aplicada a distancia, sin que por eso sea desacreditada, al contrario, nos permite un ilimitado menú de posibilidades que nos abren nuevas perspectivas como docentes y alumnos, como integrantes de la ilimitada galaxia Gutenberg del sibilino Marshall McLuhan…
Fuente: Artículo publicado en Quaderns Digitals (http://www.quadernsdigitals.net/) perteneciente a Manuel Area Moreira. Universidad de La Laguna
martes, 6 de octubre de 2009

LAS REPRESENTACIONES
La siguiente crítica corresponde al planteo que realiza Eisner acerca de las representaciones.
Nuestra presencia en el mundo hace que de una u otra forma intentemos comunicar, por ser inherente a nosotros, lo que nos sucede interiormente. Las artes, incluida la literatura, es una de las formas de representación de las que el autor nos habla. Interesante es presentar a las ciencias exactas, más precisamente a la matemática como una forma de representación válida, siempre en función de lo que se pretenda transmitir y a quienes se pretenda transmitir.
Aún así, es desde las artes que los límites se desencajan para fusionarse con los sentimientos, no porque no existan, sabemos que todo movimiento deviene de uno anterior y en tal caso se atiene o no a las normas que lo rigen, es decir que no es una concepción libre de condicionantes, pero es su perfil esencialmente humano, sus sentimientos los que embarcan al arte en un sinfín de significaciones que lo alejan definitivamente del simple y acotado dos más dos.
Surge entonces la necesidad de cambiar las formas de conciencia por parte del hombre y echando mano de la heurística incursiona más allá de los límites convencionales que repercute en su salud mental –al decir de Eisner.
Desde esa interacción con la realidad, el creador vuelve a reinventar infinitamente su representación como una concepción sensorial ya que se realimenta.
Es su posibilidad de expresión intrínseca lo que alimenta al artista y su búsqueda de una sintaxis figurativa mediante nuevas combinaciones de elementos.
Las escuelas están muy lejos de estas formas de representación. Todo en la escuela es reglado. Probablemente sean tiempos de “abandonar” al estudiante y valorarlo como librepensador para descubrir nuevas formas de encuentros en el proceso de aprendizaje.
Vale aclarar que, desde mi experiencia personal y en el marco de la carrera de Lengua, recibimos una capacitación acorde con las últimas tendencias informáticas aunque la problemática subyacente sea la ausencia de una infraestructura adecuada y la posibilidad de un acceso más fluido al hardware. ¿Es esto parte de nuestra realidad subdesarrollada en donde la posibilidad de avance está encubierta? ¿No es una muestra cabal de nuestro posicionamiento con respecto a otros niveles de enseñanza?
Más allá del párrafo anterior cierro estos pensamientos con el convencimiento de que la educación, en su variada gama de posibilidades, nos invita una vez más a incursionar en la tecnología como herramienta didáctica y como un umbral que nos urge pasar para lograr aportes significativos, pragmáticos y trascendentes en este nuevo orden mundial.
La siguiente crítica corresponde al planteo que realiza Eisner acerca de las representaciones.
Nuestra presencia en el mundo hace que de una u otra forma intentemos comunicar, por ser inherente a nosotros, lo que nos sucede interiormente. Las artes, incluida la literatura, es una de las formas de representación de las que el autor nos habla. Interesante es presentar a las ciencias exactas, más precisamente a la matemática como una forma de representación válida, siempre en función de lo que se pretenda transmitir y a quienes se pretenda transmitir.
Aún así, es desde las artes que los límites se desencajan para fusionarse con los sentimientos, no porque no existan, sabemos que todo movimiento deviene de uno anterior y en tal caso se atiene o no a las normas que lo rigen, es decir que no es una concepción libre de condicionantes, pero es su perfil esencialmente humano, sus sentimientos los que embarcan al arte en un sinfín de significaciones que lo alejan definitivamente del simple y acotado dos más dos.
Surge entonces la necesidad de cambiar las formas de conciencia por parte del hombre y echando mano de la heurística incursiona más allá de los límites convencionales que repercute en su salud mental –al decir de Eisner.
Desde esa interacción con la realidad, el creador vuelve a reinventar infinitamente su representación como una concepción sensorial ya que se realimenta.
Es su posibilidad de expresión intrínseca lo que alimenta al artista y su búsqueda de una sintaxis figurativa mediante nuevas combinaciones de elementos.
Las escuelas están muy lejos de estas formas de representación. Todo en la escuela es reglado. Probablemente sean tiempos de “abandonar” al estudiante y valorarlo como librepensador para descubrir nuevas formas de encuentros en el proceso de aprendizaje.
Vale aclarar que, desde mi experiencia personal y en el marco de la carrera de Lengua, recibimos una capacitación acorde con las últimas tendencias informáticas aunque la problemática subyacente sea la ausencia de una infraestructura adecuada y la posibilidad de un acceso más fluido al hardware. ¿Es esto parte de nuestra realidad subdesarrollada en donde la posibilidad de avance está encubierta? ¿No es una muestra cabal de nuestro posicionamiento con respecto a otros niveles de enseñanza?
Más allá del párrafo anterior cierro estos pensamientos con el convencimiento de que la educación, en su variada gama de posibilidades, nos invita una vez más a incursionar en la tecnología como herramienta didáctica y como un umbral que nos urge pasar para lograr aportes significativos, pragmáticos y trascendentes en este nuevo orden mundial.
orozco gómez

LA INVESTIGACIÓN EN COMUNICACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA CUALITATIVA
Margarita Villa
http://crudaentrega. blogspot.com.
El presente comentario corresponde al capítulo VI: Las Mediaciones, perteneciente al libro La investigación en comunicación desde la perspectiva cualitativa cuyo autor es Guillermo Orozco Gómez.
La comunicación es un objeto de estudio, como otros tantos, que puede ser visto desde diferentes posturas académicas y, porqué no desde el simple aporte del usuario, que en definitiva somos todos.
Ya sea desde la visión de Manuel Serrano o la de Jesús Martín Barbero, la comunicación requiere de un análisis pormenorizado que nos permita acceder a ella modificándola o no a partir de reconocerla, su aprehenderla y concientizarla en la medida de lo posible.
Obviamente que este proceso no es inmediato y menos aún masivo. No todos tenemos la posibilidad de adentrarnos en cada uno de los resquicios que nos presenta el acto de comunicar ni, mucho menos controlarlos, pero sí es posible racionalizar y sistematizar algunos procesos que nos permitan trabajar de la mejor forma los contenidos que tengan que ver con la comunicación en nuestras aulas.
Si entendemos que tanto sociedad como comunicación confluyen en el hombre también debemos considerar que la ideología es un ingrediente importante que complejiza aún más la idea de comunicación. A todo esto sumémosle la intrincada red de esquemas guiones o repertorios-según los diferentes aportes-de los cuales nos servimos para hacer significativa la información.
Tal complejidad parece nimia cuando se nos presentan situaciones en las cuales no somos más que simples receptores de la realidad y en donde la tan mentada interacción entre sociedad y medios cumple, probablemente, mejor sus fines.
Negar que las más de las veces somos receptores inermes de un bombardeo mediático que atraviesa todas las instituciones es reafirmar, una vez más, nuestra disposición encriptada frente a los medios y sus poderes. Es por eso que nuestra posibilidad de inferir debe estar constantemente nutrida para no caer en un reduccionismo que nos lleve al conductismo de Pavlov, es donde nuestra campanilla sea un control remoto.
América Latina tiene esa postura reduccionista que se refleja desde siempre, aún desde antes de que la comunicación forme parte de los grandes foros. ¿Visión limitada impuesta? Tal vez. Lo real y práctico es que somos, según los que saben, receptores nómades, aparentemente librespensadores, que pretendemos interactuar desde una cultura con creaciones que no son del todo nuestras y desde las cuales debemos proyectarnos.
No existe lo prístino en comunicación. Todo está creado. Aunque parezca ésta una postura derrotista mi planteo, una vez más, es el de buscar la critica como camino a la excelencia. Es harto difícil pero no imposible. Recordemos que tenemos la posibilidad maravillosa que nos brinda nuestra carrera: modelar a un ciudadano que sea propio crítico de su criticidad.
Margarita Villa
http://crudaentrega. blogspot.com.
El presente comentario corresponde al capítulo VI: Las Mediaciones, perteneciente al libro La investigación en comunicación desde la perspectiva cualitativa cuyo autor es Guillermo Orozco Gómez.
La comunicación es un objeto de estudio, como otros tantos, que puede ser visto desde diferentes posturas académicas y, porqué no desde el simple aporte del usuario, que en definitiva somos todos.
Ya sea desde la visión de Manuel Serrano o la de Jesús Martín Barbero, la comunicación requiere de un análisis pormenorizado que nos permita acceder a ella modificándola o no a partir de reconocerla, su aprehenderla y concientizarla en la medida de lo posible.
Obviamente que este proceso no es inmediato y menos aún masivo. No todos tenemos la posibilidad de adentrarnos en cada uno de los resquicios que nos presenta el acto de comunicar ni, mucho menos controlarlos, pero sí es posible racionalizar y sistematizar algunos procesos que nos permitan trabajar de la mejor forma los contenidos que tengan que ver con la comunicación en nuestras aulas.
Si entendemos que tanto sociedad como comunicación confluyen en el hombre también debemos considerar que la ideología es un ingrediente importante que complejiza aún más la idea de comunicación. A todo esto sumémosle la intrincada red de esquemas guiones o repertorios-según los diferentes aportes-de los cuales nos servimos para hacer significativa la información.
Tal complejidad parece nimia cuando se nos presentan situaciones en las cuales no somos más que simples receptores de la realidad y en donde la tan mentada interacción entre sociedad y medios cumple, probablemente, mejor sus fines.
Negar que las más de las veces somos receptores inermes de un bombardeo mediático que atraviesa todas las instituciones es reafirmar, una vez más, nuestra disposición encriptada frente a los medios y sus poderes. Es por eso que nuestra posibilidad de inferir debe estar constantemente nutrida para no caer en un reduccionismo que nos lleve al conductismo de Pavlov, es donde nuestra campanilla sea un control remoto.
América Latina tiene esa postura reduccionista que se refleja desde siempre, aún desde antes de que la comunicación forme parte de los grandes foros. ¿Visión limitada impuesta? Tal vez. Lo real y práctico es que somos, según los que saben, receptores nómades, aparentemente librespensadores, que pretendemos interactuar desde una cultura con creaciones que no son del todo nuestras y desde las cuales debemos proyectarnos.
No existe lo prístino en comunicación. Todo está creado. Aunque parezca ésta una postura derrotista mi planteo, una vez más, es el de buscar la critica como camino a la excelencia. Es harto difícil pero no imposible. Recordemos que tenemos la posibilidad maravillosa que nos brinda nuestra carrera: modelar a un ciudadano que sea propio crítico de su criticidad.

LA TECNOLOGÍA EN LAS AULAS
Margarita Villa
http://crudaentrega. blogspot.com.
La siguiente en una breve crítica del artículo perteneciente a Enrique Martínez-Salanova Sánchez con el cual coincido mayormente.
Es válida su postura en cuanto a que la palabra tecnología no está cabalmente entendida, aunque pocas son las posibilidades que una persona común tiene de conocer y menos de replantearse tales cuestiones. Vale de ejemplo el simple hecho de ver a algunos docentes-o no- en una lucha cerrada con la botonera del control remoto. Poco podemos esperar si esta es la postura de quienes deben impartir saberes más allá de los tradicionalmente conocidos.
Ante lo planteado anteriormente resulta paradójico que, desde casi mediados del siglo pasado, 1965, el término multimedia ya estaba presente haciendo referencia a los medios audiovisuales utilizados de manera conjunta.
Personalmente pocas son las veces que disfruté de una presentación multimedia. Los autores en este punto plantean que el éxito está dado por la exigencia en su preparación, y, si lo que se pretende es alcanzar a llevar contenidos a los alumnos es menester, por un lado, la fluidez del mensaje y por el otro la búsqueda de la excelencia en la capacitación, para que el aprendizaje sea significativo y no una fantochada con visos tecnológicos, prefiriendo a ésta la trágica y ancestral película.
Entiendo que debemos hacer un mea culpa y reconocer que no estamos al nivel de los avances tecnológicos pero tampoco es menos cierto que las instituciones están lejos de reconocer la imperiosa necesidad de que los alumnos se nutran verdaderamente como para participar desde una mirada de investigación y experimentación que, a la postre, les permitirá una inserción más coherente en lo laboral.
La humildad es una de las características que debe primar en el docente nobel en estas cuestiones y desde ella recurrir a los especialistas en el uso de medios para que las planificaciones sea adecuadas y accesibles a los diferentes contextos y aplicaciones entendiendo que son la piedra angular, el estímulo sobre lo que desarrollaremos nuestros contenidos sin por ello dejar de lado los métodos tradicionales de enseñanza ya sea que se atienda a un grupo numeroso o no.
Más allá del párrafo anterior cierro estos pensamientos con el convencimiento de que la educación, en su variada gama de posibilidades, nos invita una vez más a incursionar en la tecnología como herramienta didáctica y como un umbral que nos urge pasar para lograr aportes significativos, pragmáticos y trascendentes en este nuevo orden mundial.
FUENTE: La tecnología en las aulas. Enrique Martínez – Salanova Sánchez publicado en el sitio: http//www.uhu.es/cine.educación/didáctica/0071tecnologíaaulas.htm
Margarita Villa
http://crudaentrega. blogspot.com.
La siguiente en una breve crítica del artículo perteneciente a Enrique Martínez-Salanova Sánchez con el cual coincido mayormente.
Es válida su postura en cuanto a que la palabra tecnología no está cabalmente entendida, aunque pocas son las posibilidades que una persona común tiene de conocer y menos de replantearse tales cuestiones. Vale de ejemplo el simple hecho de ver a algunos docentes-o no- en una lucha cerrada con la botonera del control remoto. Poco podemos esperar si esta es la postura de quienes deben impartir saberes más allá de los tradicionalmente conocidos.
Ante lo planteado anteriormente resulta paradójico que, desde casi mediados del siglo pasado, 1965, el término multimedia ya estaba presente haciendo referencia a los medios audiovisuales utilizados de manera conjunta.
Personalmente pocas son las veces que disfruté de una presentación multimedia. Los autores en este punto plantean que el éxito está dado por la exigencia en su preparación, y, si lo que se pretende es alcanzar a llevar contenidos a los alumnos es menester, por un lado, la fluidez del mensaje y por el otro la búsqueda de la excelencia en la capacitación, para que el aprendizaje sea significativo y no una fantochada con visos tecnológicos, prefiriendo a ésta la trágica y ancestral película.
Entiendo que debemos hacer un mea culpa y reconocer que no estamos al nivel de los avances tecnológicos pero tampoco es menos cierto que las instituciones están lejos de reconocer la imperiosa necesidad de que los alumnos se nutran verdaderamente como para participar desde una mirada de investigación y experimentación que, a la postre, les permitirá una inserción más coherente en lo laboral.
La humildad es una de las características que debe primar en el docente nobel en estas cuestiones y desde ella recurrir a los especialistas en el uso de medios para que las planificaciones sea adecuadas y accesibles a los diferentes contextos y aplicaciones entendiendo que son la piedra angular, el estímulo sobre lo que desarrollaremos nuestros contenidos sin por ello dejar de lado los métodos tradicionales de enseñanza ya sea que se atienda a un grupo numeroso o no.
Más allá del párrafo anterior cierro estos pensamientos con el convencimiento de que la educación, en su variada gama de posibilidades, nos invita una vez más a incursionar en la tecnología como herramienta didáctica y como un umbral que nos urge pasar para lograr aportes significativos, pragmáticos y trascendentes en este nuevo orden mundial.
FUENTE: La tecnología en las aulas. Enrique Martínez – Salanova Sánchez publicado en el sitio: http//www.uhu.es/cine.educación/didáctica/0071tecnologíaaulas.htm
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