EDUCACIÓN: RIESGOS Y PROMESAS DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN
MARGARITA VILLA
La presente crítica corresponde a lo expresado en el capítulo 3 (El hipertexto: el conocimiento en la encrucijada) por Nicholas C. Burbules y Thomas A. Callister (h).
Históricamente nuestra cultura occidental se conforma a partir de determinados patrones que actualmente se ven modificados por la incursión del hipertexto, por lo menos en lo referente a la nueva relación que se plantea entre el lector y escritor.
Si pretendemos que el hipertexto sea una forma novedosa, no lo es, aunque es innegable su destacada manera de entrelazar más ideas de manera múltiple y de relacionar activamente la generación y acceso del conocimiento trastocando aún el derecho de autor y de propiedad intelectual desde un texto primario.
E s este mismo texto primario el que se presenta por momentos ambiguo debido a la teoría del rizoma que lo enmarca. Esta idea de no poseer centro -de la web- complica la incursión de los principiantes de manera considerada.
Este bricolaje de información que presenta Lévi-Strauss, en donde todo tiene un mismo nivel y el texto primigenio se confunde con los secundarios me parece riesgoso para el adolescente aunque su soporte sean las teorías constructivistas. En este aspecto tomo las palabras de los autores cuando dicen “leer sin ningún tipo de centro no es leer”.
Un nuevo texto, descentrado, dependiente de otros tipos de textos y de final abierto resquebraja el esquema tradicional y no siempre lo considero adecuado. Es una complicación que sólo se resuelve desde la criticidad. Humberto Eco plantea la semiosis ilimitada pero para ello requerimos de un lector crítico y responsable capaz de integrar toda la información desde el constructivismo. Esto requiere de un proceso complejo que no suele estar al alcance del estudiante. Por momentos no está clara la validez de este modelo.
En referencia a otros ámbitos, las nuevas tecnologías son reconocidas tanto por el desarrollo como la trascendencia que trae aparejada su utilización como herramientas de trabajo.
Entonces ¿Es inocua tanta información deambulante en el ciberespacio sin certeza alguna de calidad? ¿Qué tanto puede la escuela enseñar criterios si el mundo del conocimiento es tan vasto que escapa al conocimiento tan limitado, y teñido de subjetividad, del docente?
Visualicemos el siguiente paralelismo burdo: sería como si una persona estuviese recibiendo información de incontable cantidad de voces –algunas sin rostro-, a esto agreguemos que cada una realiza proyecciones de manera exponencial, infinitamente. ¿Cuál es el límite? Aún más, ¿Existe un límite? Nuevamente el desafío está planteado.
Fuente: Educación: Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información (2OO1) Nicholas C. Burbules – Thomas A. Callister (h) Granica Editorial España
MARGARITA VILLA
La presente crítica corresponde a lo expresado en el capítulo 3 (El hipertexto: el conocimiento en la encrucijada) por Nicholas C. Burbules y Thomas A. Callister (h).
Históricamente nuestra cultura occidental se conforma a partir de determinados patrones que actualmente se ven modificados por la incursión del hipertexto, por lo menos en lo referente a la nueva relación que se plantea entre el lector y escritor.
Si pretendemos que el hipertexto sea una forma novedosa, no lo es, aunque es innegable su destacada manera de entrelazar más ideas de manera múltiple y de relacionar activamente la generación y acceso del conocimiento trastocando aún el derecho de autor y de propiedad intelectual desde un texto primario.
E s este mismo texto primario el que se presenta por momentos ambiguo debido a la teoría del rizoma que lo enmarca. Esta idea de no poseer centro -de la web- complica la incursión de los principiantes de manera considerada.
Este bricolaje de información que presenta Lévi-Strauss, en donde todo tiene un mismo nivel y el texto primigenio se confunde con los secundarios me parece riesgoso para el adolescente aunque su soporte sean las teorías constructivistas. En este aspecto tomo las palabras de los autores cuando dicen “leer sin ningún tipo de centro no es leer”.
Un nuevo texto, descentrado, dependiente de otros tipos de textos y de final abierto resquebraja el esquema tradicional y no siempre lo considero adecuado. Es una complicación que sólo se resuelve desde la criticidad. Humberto Eco plantea la semiosis ilimitada pero para ello requerimos de un lector crítico y responsable capaz de integrar toda la información desde el constructivismo. Esto requiere de un proceso complejo que no suele estar al alcance del estudiante. Por momentos no está clara la validez de este modelo.
En referencia a otros ámbitos, las nuevas tecnologías son reconocidas tanto por el desarrollo como la trascendencia que trae aparejada su utilización como herramientas de trabajo.
Entonces ¿Es inocua tanta información deambulante en el ciberespacio sin certeza alguna de calidad? ¿Qué tanto puede la escuela enseñar criterios si el mundo del conocimiento es tan vasto que escapa al conocimiento tan limitado, y teñido de subjetividad, del docente?
Visualicemos el siguiente paralelismo burdo: sería como si una persona estuviese recibiendo información de incontable cantidad de voces –algunas sin rostro-, a esto agreguemos que cada una realiza proyecciones de manera exponencial, infinitamente. ¿Cuál es el límite? Aún más, ¿Existe un límite? Nuevamente el desafío está planteado.
Fuente: Educación: Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información (2OO1) Nicholas C. Burbules – Thomas A. Callister (h) Granica Editorial España
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